viernes, 6 de enero de 2012

INICIOS DEL EVANGELIO EN EL VALLE DEL CAUCA

RESEÑA HISTÓRICA
Edición: narces@msn.com

CARLOS CHAPMAN Y JUAN FUNK 1908

Es el año de 1908 cuando la Unión Misionera Evangélica con sede en Kansas City resuelve enviar un misionero a Colombia. Carlos Chapman estaba listo, dispuesto a dejar su esposa y al hijo de cinco años de edad  en el hogar paterno para poder viajar extensamente con un misionero del ecuador, Juan Funk.

El misionero Chapman desembarcó en el puerto de Buenaventura recordando las palabras que Dios había puesto en su corazón cinco años atrás en Ecuador:
 
“Yo tengo otras ovejas que no son de este redil;  esta frase vino a su memoria observando aquel hermoso valle del cauca de clima tan suave y agradable, la gente dada a la hospitalidad, abundancia de comida, el paisaje resplandeciente de colores, jardines y cosas amenas. Nacía entonces en su corazón cada dia el deseo ardiente de traer el evangelio a este lugar.

Al llegar a la aduana de Buenaventura las autoridades no miraron bien sus cajones de libros pero sin embargo los dejaron pasar.

Mas tarde ante la presión de las facultades católicas se le prohibió la venta de sus libros con la excusa de que su contenido atentaba contra la moral y las buenas costumbres de los habitantes del puerto.  

Días después el misionero abordo el tren que le llevaría 40 kilómetros mas cerca de Cali pues en ese tiempo solo estaba construido ese tramo. Durante el recorrido el misionero sufrió los dolores causados por los síntomas del paludismo producto de las picaduras de los anofeles que abundaban por esos lados.

El resto del recorrido se hizo a lomo de mula por trochas polvorosas  pero a cada vuelta del camino los viajeros quedaban a la expectativa de poder contemplar el deseado valle, aquella alfombra verde esmeralda.

Cuando ya los arreboles en la bóveda celeste del valle se iban opacando, las herraduras de los caballos chispearon sobre las empedradas calles de la ciudad.

Cali en 1908 contaba con 35.000 habitantes y ni un solo evangélico entre tantos.

Mientras esperaba la llegada de su compañero de misiones Juan Funk Carlos Chapman escribió a bogota esperando obtener permiso para poder vender los libros que traía consigo, permiso que le fue otorgado tiempo después.

Mientras demoraba el correo, los sacerdotes desde sus pulpitos avisaron a los caleños que un “hereje había llegado a la ciudad y que no debían comprar sus libros, conversar con el o permitirle la entrada a sus casas.
La actitud de la iglesia Romana hacia las escrituras era de odio. Quemaban Biblias, imponían excomuniones a quienes las compraban. El clero sostenía que la biblia era demasiado profunda para que la plebe la pudiera entender y que era hasta posible enloquecerse si se leía.

A principios de 1909 Junto con el misionero Juan Funk visitaron la ciudad de las palmas Palmira, donde los amables palmiranos nunca rechazaron ni sus personas, ni sus libros. Visitaron las fincas entraron en caseríos;  así lo anotaba don Carlos en su diario: “muchos curiosos nos siguen por las calles. Hay espíritu serio en algunos. Los que toda la vida han oído los nombres Jesús y Dios son tan ignorantes de la gracia de Dios como lo son los habitantes de recónditos lugares de África.

Los dos misioneros predicaron el evangelio durante dos años por muchas ciudades del valle y del resto de Colombia y solo en bogota encontraron misioneros evangélicos, en algunos lugares fueron tratados bien en otros fueron  mal recibidos todo esto solo permitió en ellos afinar la gracia y la humildad.

 Tiempo después don Juan Funk  regreso a su campo en Ecuador y Carlos Chapman  se embarco en lancha para Barranquilla por el rió Cauca y Magdalena donde compro su acostumbrado tiquete de tercera en un vapor augurando con gozo la reunión con su esposa y con Wilbur su hijo.


LA FAMILIA JOHNSTON AÑO DE 1912

En el año de 1912 llega a Dagua proveniente del puerto de Buenaventura en el minitren de ese tiempo, un caballero ojiazul de barbilla puntiaguda, con anteojos de alambre y frente amplia. Su esposa una mujer de linda cabellera rubia, corriendo a su lado estaba una sonriente niña llamada Cata, y dos jóvenes altos y de buen parecer, eran la familia Johnston.

A su llegada a Cali dejaron caer sus cuerpos rendidos en el anden del parque Caicedo, la banda municipal tocaba, una brisa del occidente les refrescaba; pero sin conocer el idioma, sin conocer a nadie, sin saber para donde coger y muertos de fatiga, solo podían orar a Dios allí en el anden.

Un alemán que hablaba ingles se acerco; les invito a su residencia, les alimento y con su ayuda arrendaron una casa y pronto se acomodaron. Don Teodoro no demoro en salir a la calle con su literatura y sus libros. No podía hablar mucho pero sus ojos y su sonrisa comunicaban su espíritu de amistad, y las biblias que vendía contenían la llama que alumbra la mente en tinieblas.   

Así es como empieza la segunda parte de la evangelización del valle del cauca por parte de misioneros como los Johnston, Funk y don Carlos Chapman quien en 1913 regreso para ayudar a don Teodoro en la siembra de la buena semilla en Cali y Palmira aun por encima del costo de la separación de su familia, como la de don Carlos que años después a su regreso a los Estados Unidos solo pudo encontrar a su esposa moribunda el mismo dia que expiro.

Don Teodoro y don Carlos hacían una pareja formidable al visitar los pueblos y caseríos en el Valle del Cauca ya no buscaban una pieza donde predicar a unos pocos sino que su pulpito se encontraba en una plaza, en un parque, o en el cruce de caminos. A veces les tiraban piedra; había desengaños y dificultades, pero el desanimo que sentían fue causado mayormente por la poca evidencia de que su mensaje fuera comprendido; no había señas de arrepentimiento. Es aquí donde se abren las páginas de uno de los diarios de estos misioneros y se puede leer lo siguiente y merece escribirse en mayúsculas: CREO QUE HABRÁ UNA COSECHA ALGÚN DIA. ANHELO VER AQUEL DIA

En el año de 1921 se organizo en la Carrera 8ª entre calles 16 y 17 de la ciudad de Cali la que vendría a ser la primera iglesia evangélica de la UMEC que empezó con más o menos 50 personas.

Algunos humildes creyentes que no habían tenido escuela formal aprendieron a leer por que ardía en sus corazones el deseo de estudiar la biblia. Enseñados por el Espíritu Santo, dedicaron tiempo a la lectura bíblica y sentían  la responsabilidad de comunicar el maravilloso mensaje a otros. Así la primera iglesia tuvo desde el principio predicadores laicos. A veces sin corbata, a veces descalzos pero con el fuego del Espíritu Santo ardiendo en su pecho, convencían a sus vecinos a aceptar la oferta que les hacia el Señor Jesús.

 Empezó entonces a despertase un hambre de Dios en estas tierras; se cuenta por ejemplo que uno de los predicadores que llevaba la palabra en una pequeña casa donde se apretujaba la gente para oír, el espacio no era suficiente y el calor sofocaba a los allí presentes, al pronunciar el amen final un señor parado en la puerta se adelanto dos pasos. Su ruana colgaba sobre el hombro, sus manos callosas jugaban con su sombrero negro de fieltro. “señor” dijo con timidez. “nunca en mi vida había oído yo esas palabras” con la mano se quito un mechón de cabello de la frente. ¿Me hace el favor de repetirlo para yo entender mejor? Aquella noche el instrumento fue únicamente un vaso de barro, pero que bellas son ¡que bellas son las palabras de vida!

LA PRIMERA IGLESIA EN PALMIRA DÉCADA DE LOS 20

Por esos años el Espíritu Santo impulso a don Teodoro a realizar frecuentes visitas a Palmira dejando al misionero convencido de que Palmira le llamaba. Desde aquel dia toda la familia se traslado hacia esta ciudad, había amigos que se mostraron contentos y hubo quienes escucharon su mensaje.

Un dia Teodoro se paro en medio del mangón que estaba ubicado en lo que hoy es la Clínica Maranatha calle 29 con carrera 20 este terreno era de propiedad de los extranjeros dueños del ingenio Manuelita, los johnston se habían hecho muy buenos amigos de ellos  y estos les habían donado ese terreno. Metido ahí en medio del rastrojo Dios dio a su siervo una visión.

Teodoro alzo sus ojos y dio a Dios su palabra de que haría todo lo posible para llevar a cabo la visión recibida: dos colegios, uno para jóvenes y otro para señoritas, juventudes que serian obreros en la viña del señor. Y allí en la esquina, un hospital para los evangélicos enfermos dado que en ese tiempo no se permitía la entrada de un evangélico a las escuelas y colegios que eran controlados por el clero católico.

Así fue como don Teodoro se encargo de formar  la primera iglesia en Palmira los institutos bíblicos, soluciono el problema del  sustento enseñándoles a los jóvenes a hacer pan. Pan que era llevado por los jóvenes a lomo de mula para sus ventas por las calles de nuestra ciudad. Después invento maquinaria para hacer cepillos y escobas superiores a los que se vendían en el mercado y cuando mas tarde  creció la competencia invento maquinas para hacer costales.

Mientras tanto Carlos Chapman trabajaba en Cali con la primera iglesia fundando la primera imprenta que multiplicaría las voces del evangelio.

MUERTE DE DON TEODORO JOHNSTON 1938

El 13 de noviembre de 1938 después de formar cientos y cientos de obreros para Cristo y de contemplar por la fe lo que un dia seria la Clínica Maranatha, don Teodoro paso de esta vida a recibir su galardón en la presencia del Señor.

Las cosas se hicieron muy difíciles por estos tiempos para los primeros cristianos considerando que no solamente había persecución religiosa sino también el agregado de un país en guerra constante entre partidos políticos,  fue por esos años que la iglesia  evangélica del valle empezó a tener sus propios mártires producto de la persecución de ese entonces.

Con la libertad de que ahora se goza es difícil comprender la lucha que tuvieron nuestros progenitores para obtener un cementerio y al tener uno poder enterrar sus muertos en el.

En Palmira el lugar que es hoy el cementerio libre fue donado por esos días por la familia Eder dueños del ingenio Manuelita.

Durante los tiempos de persecución política y religiosa los curas conservadores predicaban desde sus pulpitos cosas como estas “todo liberal esta ya condenado a las llamas del infierno desde esta vida” esto solo hizo que muchos libre pensadores tomaran la decisión de volverse cristianos evangélicos.

LA FAMILIA SHILLINGSBURG 1937

En el año  1937 los esposos Shillingsburg  que pastoreaban una de las varias iglesia de la UMEC en el valle se trasladaron hacia Palmira donde con la ayuda de las señoritas Cora Bruner y Velma Coffey, derribaron la pared de separación construida entre sexos y se abrieron las matriculas en el instituto bíblico de Palmira para una enseñanza co-educacional mixta el precio de la matricula fue de cinco pesos.

JOSÉ RENGIFO 1943

Uno de los estudiantes de este nuevo instituto fue don José Rengifo  quien llego del municipio de Betanía departamento del Huila.

La familia Rengifo fue evangelizada por Pedro Villegas******
Una noche Josecito leyendo la biblia entrego su corazón a Cristo y enseguida sintió el deseo de ser un obrero de Jesucristo. Pero, ¿de donde sacar dinero para ir a Palmira? Todos sus esfuerzos de juntar el dinero fueron en vano, hasta que un dia cavando en una guaca indígena encontró piezas de oro que Dios tenia guardadas allí para el.

En el instituto José dijo un dia a su profesor: aquí traigo los centavos que me restan. Me hace el favor de guardarlos  y aunque yo se los pida, no me los de si la necesidad no es muy grande. Don Guillermo Shillingsburg  echo la plata en un sobre y escribió en el José Rengifo.

Llego el dia cuando José fue a pedir su plata. “mire se descosió mi zapato ¿ me da un peso con cincuenta centavos para zapatos nuevos?.

“José dijo don Guillermo “debe ir a la pieza a orar. Dios le enseñara si los necesita” el estudiante fue a orar y luego siguió al taller donde había herramienta para remendar sus zapatos, pero no había tachuelas. Encontró un alambre y se sentó a remendar su zapato. Luego salio como siempre con una sonrisa.

La primera graduación formal fue en 1942 de los catorce que recibieron sus diplomas dos de ellos murieron en la juventud, los demás dieron años a la obra del señor, de entre ellos destacamos al hermano José Rengifo quien seria en el año de 1974 pastor de la iglesia Unión misionera durante el tiempo que Dios permitió la formación bajo su pastoreo de los integrantes del GRUPO MANANTIAL.

Entre ellos Josias Manzano quien llega desde una vereda en Andalucía Valle llamada el oriente corregimiento de Campoalegre esto es el 13 de Septiembre de 1977. Llegando a Palmira en el tren de la 12m ese dia comienza a estudiar su bachillerato razón inicial por la cual salio de su tierra y de su parentela.

Comenzando su ministerio juvenil con los jóvenes de la IUMEC Príncipe de Paz bajo el pastorado del José Rengifo, trabajando de todero en muchos lugares para terminar en Clínica Maranatha como ayudante de mantenimiento y los últimos cuatro años como Auxiliar de Farmacia. Fue allí entonces donde Dios le llamo en 1980 a formar parte del GRUPO MANANTIAL                

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